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Andrómeda y secretos de la creación

Confederación Galáctica

Andrómeda y secretos de la creación

Andrómeda y secretos de la creación, como sabemos, Mika es un dios quien dirige nuestro universo. Mika tuvo en mente un proyecto innovador diferente a los que ya existían en aquel entonces. Este proyecto tenía una gran generosidad hacia todos los seres que ya habían sido creados.

El regalo del ADN Elohim al ser humano, al humano adámico, hacía que el ser humano obtuviera una conexión evolutiva directa con la Fuente Universal. Esta raza de seres humanos, creados cerca de la estrella Vega de la constelación de Lyra, eran especímenes arios cuya altura era de tres a cuatro metros.

Andrómeda y secretos de la creación

Tenían habilidades multidimensionales, tenían 12 cordones activos en su ADN, y cuando se acercaban a la evolución de sus espíritus (su evolución espiritual), estos seres hacían vibrar en conjunto sus 12 codones de ADN en la frecuencia del amor.

Estas vibraciones sintonizaba con la frecuencia de amor de la Fuente Universal. En ese instante se activaba el treceavo cordón, el cordón que poseía el ADN de los Elohim. Cuando esto sucedía, los humanos se conectaban directamente al creador universal, quien habilitaba el derecho de estos seres humanos para que pudieran ser hijos paradisíacos, es decir, los seres humanos podían volverse seres Elohim y así estos podrían crear nuevas formas de vida y planetas nuevos.

El ADN Elohim es el ADN del Todo

En el artículo anterior, vimos cómo los seres reptiles iniciaron la caza de los seres humanos para robarles el ADN Elohim que poseían. Los grises los ayudaban mediante abducciones y experimentos genéticos. Los grises eran esclavos de los seres reptiles y hacían el trabajo sucio de estos reptilianos.

También mencioné, cómo algunos Elohim se rebelaron contra la Fuente Universal. Estos seres Elohim se rebelaron porque afirmaban que sus hijos (los seres reptiles) eran superiores a la raza humana. Los seres reptiles y los seres insectoides no poseían ADN Elohim.

La líder de esta rebelión Elohim fue Saraten, hija de Aniotak. Saraten también es conocida en otros textos como Arimany. Aunque estos seres Elohim poseían cuerpos de energía y no practicaban relaciones sexuales, a Saraten se la vincula con la energía femenina.

Aniotak, el padre de Saraten, era un anciano de días idéntico al arcángel Metratón, quien intentó convencer a su hija para que cambiara de opinión y olvidara sus intentos de rebelión contra la Fuente Universal, pero Saraten desobedeció a su padre, y esto desencadenaría la gran rebelión.

Ella sería la líder. Ella fue la responsable de la extinción de muchos humanos adámicos, pero felizmente no pudo destruirlos a todos. Estos seres Elohim rebeldes también iniciaron la captura de los seres humanos, para robarles su ADN Elohim e intentaron crear seres híbridos empleando este ADN Elohim sagrado.

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El primer híbrido que surgió luego de realizar varios experimentos fueron los arcontes, una raza vampiro negativa, la cual se alimentaba de las emociones más negativas de los humanos, tales como: venganza, hambre de poder, odio, magia negra, envidia, el sadismo y masoquismo, etc.

Los seres reptiles fueron gran fuente de alimento para estos seres arcontes, ya que los seres reptiles tenían sed de poder y eran unos tiranos que defendían, asesinaban y cuidaban con sus vidas los planetas que habían conquistado. Los arcontes devoraban las energías psíquicas ectoplásmicas, es decir, los arcontes se alimentaban de las bajas vibraciones de estos seres reptiles.

Los arcontes se expandieron por todos los mundos que los seres reptiles habían conquistado, y en todos aquellos planetas donde habitaban ya los seres reptiles. La galaxia de Arconis fue organizada en varias razas para que unos cuantos pudieran obtener el poder mediante la aplicación de doctrinas religiosas.

Ésta era una sociedad totalitaria y piramidal que desarrolló avanzada tecnología para mantener a las almas bajo control, y cuando estas almas morían sus memorias eran borradas para retenerlas en su nivel correspondiente, según a la raza a la que pertenecían.

La galaxia de Andrómeda

Cuando los arcontes gobernaron la galaxia de Arconis, los arcontes iniciaron su invasión en la galaxia de Andrómeda. En la galaxia de Andrómeda existían miles de razas. Todas estas razas convivían felices y en armonía. Las razas que había en la galaxia de Andrómeda jamás habían tenido conflictos bélicos, y por esta razón no habían desarrollado tecnología para poder defenderse o atacar.

Estas razas no tenían armas tecnológicamente avanzadas para intervenir en una guerra. Además, al jamás conocer lo que eran las guerras tampoco tenían una organización para poder defenderse o atacar a sus enemigos en una guerra. Los arcontes no tenían obstáculos para conquistar a los seres que vivían en la galaxia de Andrómeda. Ingresar en los espíritus de estas razas débiles fue muy sencillo.

De esta forma, los arcontes iniciaron el caos mediante miles de guerras y todas las emociones negativas, como el sufrimiento, fueron el alimento de estos seres arcontes. Los arcontes tenían en su poder tecnología física y etérea. Esta tecnología etérea pertenecía a la Confederación Galáctica. Esta tecnología etérea fue otorgada a los Arcontes por los Elohim rebeldes que los habían creado. Estos seres Elohim fueron expulsados de la Confederación Galáctica.

La Confederación Galáctica

La Confederación Galáctica está conformada por razas etéricas que poseen los cargos más altos. Estas razas etéricas son lideradas por seres Elohim y otras entidades divinas. Las razas etéricas y los seres Elohim servían y ayudaban a todas las razas de los universos y a la Fuente Universal.

En aquel momento los miembros de la Confederación Galáctica intervinieron por vez primera en nuestro universo. La Confederación Galáctica es pacífica y respeta las vidas de todas las razas vivientes. La Confederación Galáctica sólo interviene para frenar conflictos. La Confederación Galáctica aprovechaba su poder sobre la materia para lidiar con estas guerras entre razas.

Los miembros de la Confederación Galáctica son razas etéreas y sus cuerpos son energía, sus naves también están hechas de energía. Luego de miles de años de conquista los seres arcontes fueron desterrados de la Galaxia de Andrómeda. Las razas de Andrómeda crearon una Federación de Defensa, y posteriormente esta Federación de Defensa se haría llamar la Federación Intergaláctica cuya base principal estaría en la estrella Alcione de las Pléyades.

En esta Federación Intergaláctica se encontraban varias razas físicas y biológicas que tienen afinidad con la Confederación de los planos etéricos, quienes han ascendido y que buscan su evolución hacia la Fuente Universal. Lamentablemente, en aquel destierro de arcontes de la Galaxia Andrómeda, muchos de estos arcontes pudieron escapar hacia la Constelación de Pegasus y hacia la Constelación de Sextante.

Los arcontes invadieron la Vía Láctea

 

De esta forma, los arcontes invadieron la Vía Láctea. Los arcontes consiguieron dominar las débiles mentes y espíritus de los seres reptilianos que vivían en Orión. Teniendo bajo su control a estos seres reptilianos, les ordenaron asesinar, destruir y esclavizar a los seres humanos y a los seres insectoides. Es en este momento que empieza la Guerra de Orión.

No se tiene mucha información sobre los acontecimientos de esta guerra. Lo único que sabemos es que estos acontecimientos sucedieron mucho antes de que el planeta Tierra fuera creado. La Guerra de Orión duró varios miles de años. Se puede decir que duró miles de millones de años. Esto afectó a todos los mundos de la Federación de Sirio Fauceti y la pacífica Arcturus, ya que la muerte y la aniquilación de todos los habitantes de estos mundos era inevitable.

Estos mundos son sólo unos cuantos ejemplos de los mundos que fueron atacados y destruidos en nuestro universo.

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En la segunda etapa de este conflicto, la última gran guerra fue la de Orión con la constelación de las Pléyades. Los seres reptilianos crearon otro híbrido para esta guerra con el ADN Elohim que estaba dentro de los seres humanos. Estos nuevos híbridos se llamaban Draco. Los reptilianos llamaron draco a estos nuevos seres híbridos, para honrar a la constelación de la cual provenía la matriz portadora de sus genes primordiales. En la constelación de Draco se creó y surgió la raza de los reptiles. Estos seres draco tenían aspecto de dragón, pero sus cuerpos eran humanoides.

Estos seres draco evolucionaron a diversas razas que tenían alas y a razas que no tenían alas. Los enemigos naturales de estos seres reptiles eran los felinos de Sirio Alfa. Estos seres felinos poseían una altura de entre 3 a 5 metros. Su fuerza era descomunal y su agilidad era incomparable. Eran feroces y temidos en el universo, lamentablemente su número no era tan amplio como los reptilianos.

El número de estos felinos era decente. Los felinos intercedían en aquellas operaciones militares en donde se mostraban físicamente y luchaban. En la mayoría de las guerras no había enemigo al que no hayan vencido en combate. Los felinos y los seres humanos se aliaron en la Guerra de Orión.

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Ambas razas luchaban unidas porque de todos modos nosotros los humanos éramos creación de anfibios, delfines y felinos. Estas razas estuvieron ahí en el momento de nuestra creación. Estas tres razas se habían encargado del aspecto material del proyecto de los seres Elohim (seres que viven en planos más elevados de consciencia).

Los Elohim fueron los responsables de terminar el proyecto adámico que les fue encomendado por la Fuente Universal. La Confederación Galáctica intercedía intentando detener todas estas guerras pacíficamente, pero estas guerras se multiplicaban constantemente. La Guerra de Orión puso en peligro de extinción a la raza del hombre.

El número de guerreros reptiles era incalculable, porque estos seres reptiles podían parir cientos de huevos de una sola vez, mientras que las otras razas, como la raza de los humanos, engendraban sólo un hijo por vez en promedio. No había forma de igualar esta guerra. Los reptilianos tenían todo a su favor para ser los vencedores de la Guerra de Orión.

El comandante Toranki

Pero ocurrió un milagro; el comandante Toranki, un genio de la genética quien se reunió con los más reconocidos científicos que tenía la Federación Galáctica, creó unos clones. Los humanos y felinos habían creado muchos clones hace millones de años antes, pero eran clones poco servibles, eran como robots que cumplían órdenes y por esto ambas razas creían más conveniente crear robots para realizar estas tareas.

Pero la tecnología para la clonación había mejorado luego de miles de años. En aquel momento ambas razas eran capaces de crear, en menos de cinco horas, clones con una memoria capaz de saber y entender los hechos que sucedían en aquel momento. Estos clones también conocían la fecha y hora exacta en la que fueron engendrados. Estos clones eran perfectos: sus capacidades físicas y psíquicas eran envidiables, además poseían un fractal de alma.

Además, estos clones eran unas auténticas máquinas para luchar. Así mismo se desarrolló una tecnología muy avanzada para poder crear clones a una escala industrial, algo así como nuestra primitiva tecnología de impresoras capaces de imprimir en 3D.

Se crearon fábricas donde se podían replicar algunos tanques con líquido para clonar más seres humanos. Estas fábricas también podían fabricar rápidamente naves caza, cruceros para llevar cargas, y cruceros para combatir. Todo esto en un tiempo muy corto.

Se sabe también que existían fábricas que podían clonarse a sí mismas. El poder de clonación dio como resultado la producción de miles de ejércitos de seres humanos. Todos estos humanos poseían armas con tecnología muy avanzada. Las primeras victorias llegaron al fin.

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Los seres reptiles cuya tecnología era superior, y también el número de sus ejércitos, en un momento dichas ventajas se volvieron una enorme desventaja, una debilidad. Los reptiles sintieron de pronto un sentimiento que jamás habían experimentado: el pánico.

De inmediato el Consejo de los reptiles realizó una asamblea para poder debatir cómo afrontarían esta amenaza. Los líderes reptiles decidieron utilizar todas las armas y ejércitos que tenían, para enfrentar a los humanos y las otras razas que los apoyaban.

Los reptilianos utilizaron cañones de antimateria, los cuales eran tan poderosos que podían generar agujeros negros. La Confederación no lo dudó y respondieron el ataque de los reptilianos con armamento antimateria. Lo que se había desatado era el caos, el caos era lo que reinaba en todo el universo.

Muchas cosas estuvieron en peligro incluso la constante orbital de nuestra Vía Láctea. El sol, nuestra estrella que nos brinda calor y luz, formaba parte desde su nacimiento de un sistema multiestelar llamado Trino. Al sol lo acompañaban dos estrellas: una estrella roja enana y otra estrella enana marrón.

Estas dos estrellas enanas tenían sus propios planetas. Las bombas antimateria y los disparos de cañones antimateria crearon inestabilidades tanto orbitales como gravitacionales. Estas inestabilidades desplazaron a nuestro Sistema Solar (aún joven y en evolución) hacia el cuadrante en el que actualmente se encuentra.

Nuestro Sistema Solar estaba muy cerca a otros sistemas como el Sistema Alfa Centauro, Procyon, Sirio, entre otros sistemas más, los cuales estaban cercanos al sector llamado Orionis de Rigle, la estrella más azulada y blanca de la no muy lejana constelación de Orión.

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Nuestro planeta Tierra aún estaba en formación. Nuestra Luna era una enorme roca esférica. La Luna era un satélite artificial que fue empleado como una base que orbitaba cerca a las naves y cruceros. Esta base era utilizada por la Federación proveniente de Sirio, que debido a la destrucción del Sistema Trino por las armas antimateria empleadas en la Guerra de Orión, fue abandonada por la Federación.

La luna vagó sin rumbo por miles de millones de años hasta que luego fue atraída por la poderosa gravedad del planeta Júpiter, formando parte de nuestro Sistema Solar. Luego de estos cataclismos, se multiplicaron los esfuerzos de la Confederación Galáctica para intentar detener esta desgracia, ya que la galaxia estaba en peligro. La forma física de la galaxia estaba en gran peligro.

A pesar de todos los inconvenientes que aparecieron, la Confederación Galáctica detuvo los conflictos y las guerras terminaron, esto dividió en varios sectores la galaxia. Esta paz que obtuvo la Confederación Galáctica fue llamada luego Tratado de Equilibrio. Este tratado fue firmado hace 5500 millones de años.

Metratón y la Jerarquía Reptiliana Cuando la Guerra de Orión culminó, miles de millones de seres vivos habían muerto durante los miles de millones de años que duró la guerra. Muchos sistemas solares habían sido destruidos, más de 60 planetas, y también miles de estrellas.

La Guerra de Orión

La Guerra de Orión fue realmente muy destructiva, tras de sí dejó muchísima muerte y destrucción. En otras épocas muchos imperios de los seres humanos, como el imperio de los pleyadianos o el imperio de Sirio, perdieron muchísimos de sus territorios luego de firmar el Tratado de Equilibrio que implantó la Confederación Galáctica.

La Federación de los reptilianos al darse cuenta que la Confederación Galáctica no consentiría otros conflictos parecidos a la Guerra de Orión, optó por otro plan. Los reptilianos se infiltrarían en batallas breves, de esta forma ellos eludirían la intromisión de los seres Elohim y de la Confederación Galáctica.

La Federación de la raza humana dejó de celebrar casi de inmediato el fin de la guerra. Ahora la raza humana se enfrentaría a otro desafío que jamás pensó que ocurriría. La Federación de la raza humana fabricó a más de 6 trillones de clones y desconocían la forma de cómo organizarlos en su sociedad.

Los clones eran miles y organizarlos en la sociedad de los humanos era una tarea casi imposible. Nadie deseaba asesinarlos. Estos clones eran considerados personas también. La Federación de la raza humana encontró una solución para organizarlos dentro de la sociedad humana: copió el viejo diseño de sociedad de Arconis.

La sociedad Arconis

Arconis era conocida como la sociedad de las razas. Cuando una de estas personas perdía la vida, transportaban su cuerpo estelar y la conservaban en hibernación. Aquel cuerpo estelar permanece conservado criogénicamente, mientras que esta persona ha reencarnado en este plano en el que vivimos. Cada ser humano tiene un cuerpo estelar que duerme criogénicamente en ciudades etéreas, casas ubicadas encima del planeta Tierra, casas subterráneas o en enormes naves más grandes que la Luna. Mientras este proceso de hibernación ocurría, el alma de aquel humano en estado criogénico era transportada al Súper Serafín y su memoria era transferida de su alma a un humano que vive en nuestro plano.

Al ser humano que dormía e invernaba criogénicamente se le borraba toda la memoria restante que le quedaba en su alma, y ésta alma sin memoria era utilizada en otro cuerpo portador. Este nuevo cuerpo portador era elegido por la Federación de la raza humana, y en él insertaba el alma sin memoria para que pudiera reencarnar en cualquiera de los mundos que habían conquistado o en los que ya vivían.

Esa alma que reencarnó en un nuevo cuerpo humano no recordaba nada de su anterior reencarnación, esto era un impedimento, porque si no recordaba quién era, entonces jamás podría obtener una libre evolución. Su alma no podría seleccionar la encarnación que ésta deseara. Quién podía seleccionar su encarnación era la Federación Humana.

El Libro de Urantia

Esto está escrito en varios libros, quizás el libro más conocido que habla sobre esto es El Libro de Urantia. Éste libro es literalmente una biblia pleyadiana, o es también lo que los pleyadianos aún continúan creyendo y desean que nosotros creamos. A pesar de que El Libro de Urantia posee una valiosísima información, debo de confesar que mucho de su contenido ha sido manipulado y omitido, es decir, la civilización actual de seres humanos ha aceptado y creído ciegamente en las religiones.

Las religiones, como sabemos, son un impedimento para nuestra evolución. Las religiones son un plan genial para manipular a las personas de este planeta. Pero hay algo que debo de reconocer. Las religiones son el resultado de nuestra evolución como especie. El Libro de Urantia es un brillante intento de resucitar y actualizar el contenido de la Biblia agregando un delicioso ingrediente: los extraterrestres. 

Pero no nos dejemos engañar, el contenido de El Libro de Urantia sigue siendo inspirado por las religiones, es decir, éste libro también nos hará sentir culpables por nuestros pecados, nos hará sentir culpables por la muerte de Jesús, entre otras cosas más. Además, El Libro de Urantia omite la historia de los anunnaki, y así coloca sobre los hombros de los seres humanos de este planeta todas las tragedias que hoy en día vivimos.

Con esto comprobamos entonces que toda esa información en El Libro de Urantia es de dudosa reputación, porque su mensaje de todos modos es obedecer a las religiones. El sentimiento de culpa es una estrategia fundamental de todas las religiones que pertenecen al Sistema de Control.

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Los sentimientos de culpa, miedo y el sentimiento de sumisión, son vibraciones densas que debilitan a la humanidad y que alimentan a las entidades oscuras y negativas que gobiernan en este mundo. A pesar de que la Guerra de Orión terminó, la simiente de la energía anticrística, a lo que muchos llaman huella arcóntica, perduró. Esta huella arcóntica significa sumisión a los arcontes. Esta huella arcóntica se sembró en muchos planetas y civilizaciones.

De esta manera, La Confederación Galáctica no podía estar tranquila, ya que les tomó muchísimos millones de años detener la Guerra de Orión. La Confederación tenía que prevenir que un evento similar como ese se volviera a repetir. Metratón, el ser espiritual cuyo cuerpo estaba hecho de energía, sintió compasión y amor, y empleando su sabiduría logró convencer a millones de los miembros de la Orden de los Kumara a encarnar en todas las especies reptilianas que existían, pues estos reptilianos eran una de las especies más conflictivas.

Cuando los Kumara estuvieran dentro de los cuerpos de aquellos reptilianos, ellos cambiarían el ADN de los reptilianos e insertarían su ADN kumara. El ADN de los Kumara tenía amor puro e incondicional. Debemos saber que la Orden de los Kumara pertenece a un grupo de Órdenes que existe en el universo, la cual practica y pertenece a la energía crística.

Luego de varios intentos y varias series de encarnación, lograron obtener una partícula llamada Partícula Divina de Amor. Esta partícula tenía conexión directa a la Fuente Universal y fue insertada en varias de las razas reptilianas. Los reptilianos comenzaron su evolución y experimentaron el amor por primera vez en sus almas, pero para ellos fue complicado y algo muy lento; pero su evolución había empezado, ellos comenzaban a acercarse a la Fuente Universal.

Guerras reptilianas

Esta evolución provocó también muchas guerras entre las razas reptilianas. Los seres reptilianos lentamente fueron evolucionando y de esta evolución aparecieron varias razas híbridas, ya que los kumaras encarnados en seres reptilianos tuvieron relaciones sexuales con las razas reptilianas que ya existían.

Las encarnaciones superaron la media de las 180 encarnaciones y los primeros seres reptilianos empezaron a ascender, y crearon las primeras Órdenes de reptilianos kumara de amor crístico. No quiero afirmar que todos los seres reptiles practiquen la bondad, pero gracias a la ayuda de Metratón, hoy puedo afirmar que sólo existen pocos reptilianos de aquella primera raza de reptilianos que jamás pudieron evolucionar, ya que no tenían los genes de los kumara.

Pero también hay un grupo de reptilianos que empezaron a evolucionar y a ascender sin tener el ADN kumara, muchos de ellos escucharon las enseñanzas de los reptilianos que poseían ADN kumara en su sangre. En conclusión, muchos de estos seres reptilianos comenzaron a evolucionar, mientras que otros empezaron a ascender a planos más elevados de consciencia y alcanzaron la onceava y doceava dimensión.

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Pudieron alcanzar a la Fuente Universal y a los Elohim. Los seres reptilianos que no tenían el ADN de los Kumara en sus genes, y que escucharon las enseñanzas de sus hermanos que sí tenían el ADN kumara, empezaron a experimentar sentimientos positivos como la compasión, el amor y la ternura; la energía y la vibración que emitían comenzaron a ser positivas. En el alma de los reptilianos que no tenían el ADN kumara había una lucha constante entre el bien y el mal, ya que su instinto primordial y natural eran sentimientos de odio, venganza y hambre por el poder.

Pero felizmente la mayoría de seres reptilianos dieron el primer paso y eso fue algo hermoso para su evolución hacia la luz. Ese primer paso hacia la Fuente Universal era algo realmente hermoso. Estas modernas jerarquías de reptilianos y de maestros reptilianos ascendidos organizaron a sus pueblos en muchas fraternidades en la majestuosa constelación de Orión, para poder confrontar las energías negativas de los reptilianos y cambiar el terrible panorama de las guerras, el sometimiento y esclavitud que había en aquel cuadrante de Orión.

Reptiliana del Rayo Dorado, Azul y Violeta

De acuerdo a las fuentes que he consultado, a estas jerarquías o hermandades de reptilianos se les conoce como Fraternidad Reptiliana del Rayo Dorado, Azul y Violeta. Otras fuentes mencionan a otra fraternidad, la Fraternidad de los Centuriones de Orión, la cual protegería los portales mayores de nuestro universo. Andrómeda y secretos de la creación

Ir más allá de estos portales nos llevaría a contactar con niveles suprafísicos de la materia oscura. Más allá de estos portales vivirían las entidades espirituales y paradisíacas como los Elohim y los arcángeles. Todas estas entidades viven ahí en armonía y organizadas jerárquicamente. Muchos libros llaman a estos seres espirituales y paradisíacos Cinturones de Orión.

Estos seres paradisíacos serían los protectores temporales, ya que se habían dado cuenta del nuevo plan de los seres reptilianos. El plan de los seres reptilianos era viajar por nuestro universo y alterar las líneas temporales del tiempo en todos los mundos que vivían en la tercera dimensión. Si los seres paradisíacos intercedían, entonces estaban atentando contra la primera regla de la Confederación Galáctica, que es no interferir en las vidas de los seres que estaban en proceso de evolución.

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Los seres paradisíacos debían llegar a un acuerdo con la Confederación Galáctica para poder interceder, vigilar y evitar que los seres reptilianos lleven a cabo su plan. Era responsabilidad de los seres paradisíacos que habitaban más allá de los portales mayores. También sería responsabilidad de las razas reptilianas ascendidas que tenían el ADN kumara en sus genes, y de todos los reptilianos que ascendieron, que cambiaron y que aceptaron el amor incondicional en sus almas.

Lamentablemente la jerarquía de reptilianos que gobierna en la Tierra mantiene el ritmo de acción anticrística; pero ya veremos esto en los siguientes capítulos. Con el pasar de los milenios, muchos seres reptilianos se alejaron de sus hermanos negativos y formaron parte del ejército de la Confederación Galáctica. También se unieron a la Confederación Galáctica seres insectoides. La raza más importante de los insectoides serían los que pertenecen a la raza insectoide antariana. La unión de insectoides y reptilianos ascendidos, y que practicaban el amor incondicional, significó para la Confederación Galáctica un florecimiento hacia la evolución. Pero a pesar de todo este florecimiento evolutivo, la Confederación Galáctica aún tenía dos grandes problemas por resolver:

El Sistema de Razas:

Este sistema impedía la ascensión de todo ser. Además, el borrado de los recuerdos en la memoria de las almas, impedía la reunión de los fractales de las almas con el Yo Soy. Nuestra meta es poder evolucionar para así volver al Yo Soy, y del Yo Soy ascender a planos superiores de consciencia hasta poder llegar a donde se encuentra la Fuente Universal. Los Planetas Excluidos: Estos planetas son 37 en número.

Muchos textos afirman que estos planetas se encuentran en El Libro de Urantia. Excluir a estos planetas fue la alternativa escogida por la Confederación Galáctica, para poder encarnar todas aquellas almas que sufrieron los ataques de los arcontes. La Confederación excluyó a estos 37 planetas para que pudieran lograr su evolución y pudieran ascender, eliminando todas sus imperfecciones y puedan convivir con seres de planos y conciencias más elevados. Y adivino lo que piensas, lector.

Sí. La Tierra lamentablemente se encuentra en la lista de 37 planetas excluidos. La Tierra y otros 36 planetas se encuentran en cuarentena en estos momentos.

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    Empezando Por Mi
    Andrómeda y secretos de la creación
    Autoestima Y Amor Propio
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    Andrómeda y secretos de la creación
    Liliana Rey
    Coach Espiritual
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